El mejor sistema es aquel que usa tanta memoria como puede, de alguna forma útil. ¿Eso hace el nuevo Firefox Quantum? Es una forma de pensar que no es común, y la habitual es herencia de un pasado que ya no es vigente.
Existe cierto revuelo entre los usuarios más quisquillosos sobre el consumo de memoria de Firefox Quantum, que prometía usar menos que su competidor directo, el Google Chrome, lo cual no es cierto en muchos casos, aunque en otros sí. Pero, ¿realmente importa como se cree?
La idea detrás sobre todo este asunto de la memoria es: si la tienes, ¡úsala! Pero en el supuesto de que el lector desee usar menos memoria, hay una solución sencilla. Por supuesto, hay un precio a pagar.
¿Cómo consumir menor memoria?
1) Utilizando menos procesos
Sentido común: utiliza menos procesos en paralelo. Cada proceso reserva su propio espacio de memoria para él mismo, independientemente del utilizado por cada una de las páginas o pestañas abiertas. Los procesos no son baladí, y reducir el número de ellos reducirá los requerimientos de memoria.
La opción se puede encontrar dentro de las opciones de configuración de Firefox:
La cantidad de memoria que se puede ahorrar por cada proceso eliminado ronda los 50 Mb. Así que mucho no es.
2) Utiliza una extensión que libere memoria no aprovechada
La extensión Tab Suspender permite «hibernar» las pestañas que no se están utilizando, liberando memoria RAM en el proceso. Si eres de los que deja muchas pestañas abiertas y raramente las visitas, ésta puede ser tu opción.
Una alternativa bastante más agresiva, y un poco más invasiva es la extensión OneTab, que realiza precisamente eso: mantiene sólo una pestaña cargada a la vez, el resto se «reactivan» a solicitud del usuario.
¿Qué se pierde?
En teoría, en el primer caso se pierde un poco de rendimiento, al menos, cuando el número de páginas asignadas a un proceso individual aumenta. Aunque lo cierto es que resulta prácticamente imperceptible o nulo para un número pequeño de pestañas.
En el segundo, el precio a pagar es un retraso en la apertura de las pestañas anteriormente inactivas.
¿De verdad vale la pena?
Soy de la opinión que la memoria está ahí para ser usada, y según como se mire, puede ser un desperdicio no aprovecharla. Recuérdese que el precio a pagar por ese «ahorro» de memoria es un pequeño golpe en el rendimiento. En el primer caso un menor número de procesos independientes; en el segundo un retraso en la apertura y cambio de pestaña activa. Al final, reducir el consumo de memoria sólo podría tener el efecto de tranquilizar la mente del usuario, que en su fuero interno sabe que está usando menos, pero que en la realidad, lo objetivo y medible, sólo obtiene una pérdida de rendimiento, si al final nunca llena por completo su RAM disponible en primer lugar.
Queda en el usuario evaluar si el ahorro de memoria es realmente necesario, acorde a sus necesidades y patrón de uso.
Foto cortesía de Johnathan Nightingale.